Una parte de mi historia, mi currículum:
Otra parte de mi historia, mi aventura de vida:
Mi profesión forma parte de mí vida desde que en el 2009 y después de doce años, decidí cambiar del sector de la tecnología al de las técnicas naturales. Hasta entonces me consideraba una oveja negra, rara y descarriada.
De pequeña, en el colegio me sentí aislada. Una de las razones fue la aparición de asma que me impedía hacer ejercicio, otra, mi condición física, estaba rellenita, llevaba brackets y zapatos ortopédicos, ¡ imagínate la estampa! y otra, mi carácter rebelde, siempre cuestionándome el porqué de las cosas. Fui sobreviviendo a través de los años gracias a mi sentido del humor y aunque parecía feliz, por dentro me sentía sola e incomprendida. En el instituto comencé a pertenecer a un grupo popular y eso hizo que me sintiera más valorada. Estudié la carrera de informática porque tenía múltiples salidas laborales, aunque lo que en realidad me hubiese gustado cursar es la carrera de Biología ya que quería investigar el ADN y aportar soluciones a enfermedades crónicas y raras. En tercero de carrera comencé a trabajar y de nuevo me invadió el sentimiento de soledad, era una mujer en un mundo de hombres, una chica joven y sensible (que no débil) trabajando para multinacionales donde lo único que importaba era la rentabilidad económica, todo un reto para mí, pero a la vez suponía una gran tensión. Me gustaba mi profesión pero no el entorno que la rodeaba: viajes, comidas rápidas, tensiones, pocas horas de sueño o de descanso y múltiples cafés para soportar el ritmo. Un precio muy alto a costa de ganar dinero.
Una de las razones principales para lanzarme al cambio fue mi débil estado de salud, sufría de estrés y de migrañas, así como de continuos dolores de espalda. Esto, la crisis de 2008 y dos accidentes de tráfico siniestro total hicieron que pusiera en marcha mi transición que comenzó con un cambio de alimentación de mano de la macrobiótica y apuntándome a una ONG para acompañar a personas excluidas socialmente. Gracias a ello me dí cuenta de la enorme satisfacción que me producía acompañar a las personas y mi sensibilidad, que tantos problemas me había traído en el pasado, empezó a formar parte de mis fortalezas para poder empatizar con las personas. Volví a conectar conmigo misma y con la tierra a través de alimentos sencillos y saludables. Durante tres años estudié Medicina Oriental y Macrobiótica en Escuela de Vida, y técnica metamórfica. En el 2012 di el salto como profesional de las terapias naturales, a la vez que estudiaba durante otros dos años reflexología podal y nutrición natural en Grupo Thuban, el mayor centro de estudios superiores en Terapias Naturales con titulaciones universitarias.
Al haber estado en un mundo tan competitivo y burocrático como es el sector de las consultoras multinacionales y sabiendo lo importante que es la formación y la titulación a la hora de desarrollar una exitosa y acreditada carrera profesional, decidí darme de alta en la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (COFENAT), asociación que defiende la práctica de las Terapias Naturales con rigor y profesionalidad.


Mi compromiso para dar a conocer una alimentación tan saludable como la dieta macrobiótica, hizo que abriera un restaurante vegano y ecológico en el que se podía comer rico, sano y sin prácticamente ningún alérgeno. Fue una gran experiencia, conocí a personas maravillosas, pero una vez más, volví a caer en el agotamiento. Seguía sin entender el ritmo de la vida. Continué estudiando y con el coaching transpersonal descubrí que cambiando mi perspectiva sobre lo que sucede, todo cambia y eso repercute favorablemente en mi y en todo mi entorno, así que añadí una herramienta más a mi camino y a mi método. El autoconocimiento es primordial para el camino del crecimiento. Desde entonces he notado una mejoría en la manera de afrontar la vida, en mi estado de salud y en saber disfrutar cada día de los pequeños detalles.
Tengo un don para reiniciarme, en esta existencia he mutado muchas veces, esa es mi naturaleza y mi aprendizaje como chica tormenta. A lo largo de la vida he sufrido de diversas enfermedades que me han llevado a dedicarme a mi pasión, compartiendo mi conocimiento y experiencia con aquellas personas que deseen un cambio.
Así que te acompaño en la aventura del desarrollo y la transformación personal para que te reinicies de forma coherente y escuchando a tu verdadero Ser. En mi camino fui impulsiva y no tuve en cuenta las señales y los ritmos de la vida. Es importante tener a un coach, mentor, terapeuta al lado que te oriente a cómo resetear cuando ves que algo va no va bien.
El cambio es posible y el enfoque desde un punto de vista integral es fundamental. Somos cuerpo, mente, emociones y espíritu, si atiendes a los cuatro cuerpos y consigues que vayan de la mano, tu cambio será natural y armonioso.
«Gracias al desarrollo personal, a grandes personas y profesionales con los que me he cruzado en la vida y a tiempos de introspección y aprendizaje, he pasado de sentirme una oveja negra a sentirme una oveja inspiradora y brillante.»
Gracias por ser y por estar. Noelia Alvarez Gil.
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